domingo, 10 de abril de 2011

Revolución. El cruce de Los Andes

Sinopsis: Buenos Aires, 1880. En una pensión, un periodista entrevista a uno de los últimos hombre vivos que cruzaron Los Andes junto a José Francisco de San Martín. Manuel Esteban de Corvalán, contaba con 15 años en ese entonces y, por saber leer y escribir, fue uno de sus secretarios. Corvalán le ofrece al periodista un relato del cruce, sus dificultades y peripecias, sus compañeros de armas y sobre San Martín, el hombre que logró llevar a cabo la hazaña.


Título original: Revolución. El cruce de Los Andes
Género: Drama
Duración: 92 minutos
Interpretes: Juan Ciancio, Lautaro Delgado, León Dogodny, Pablo Ribba, Rodrigo De La Serna, Víctor Carrizo
Director: Leandro Ipiña
Guionista: Andrés Maino, Leandro Ipiña
Director de fotografía: Javier Juliá
Música: Sebastián Escofet
Montaje: Alejandro Brodersohn



Alto en el cielo

Nadie duda quien fue San Martín. Desde el más leído hasta el que apenas fue un par de grados al primario, tienen por sentado que dicho prócer fue: “El Gran Capitán”, “El Padre de la Patria”, “El Libertador de Chile y Perú”, y demás frases elogiosas sobre su estampa; y dentro de ese ensalzamiento de adjetivaciones diversas sobre dicha figura estampada en mármol, nos queda tatuada a fuego y para siempre en la memoria, la figura de un ilustre, que se aleja del ser humano para transformarse en una estatua o en un dibujo aparecido en los libros aburridos de Ibáñez.  Todos iremos al cine intentando ver la historia del mármol. Aquí nos encontraremos con la historia de un ser carne y hueso.
Nada refleja mejor lo anteriormente contado que la escena donde luego de una noticia de una breve victoria de los revolucionarios en el sur de Chile, él envía a festejar a su tropa y al quedarse solo, lo vemos padecer sus eternos dolores de tórax debido a los hematomas del tracto digestivo, cuyo dolor apaciguaba con altas dosis de opio. Un prócer, según los libros del primario, no tiene problemas de salud ni se droga, aquí sí. Pasara de largo ante la mirada de quien desconoce esta faceta del líder latinoamericano y veremos con beneplácito aquellos que nos interiorizamos más en la historia. Estos son los detalles que esperábamos ver antes de que se prenda la luz de la pantalla. Descontextualizar al ídolo eterno para transformarlo en un ser que duda, teme, siente dolor y se arrodilla desconsolado al ver que sus planes no se cumplen, tal lo pautado. Eso sí, tampoco le tiembla el pulso para la toma de decisiones vitales o para el empuje de su tropa. Todos sabemos antes de pagar la entrada del film que San Martín cruzo la Cordillera de los Andes y liberó al Chile de la opresión realista. Es como ver “Titanic”, de entrada sabemos que el barco se hunde. Aquí sabemos que San Martin logra su cometido. El tema es que al haberlo leído de memoria tantas veces de chico, uno pierde el contexto de semejante epopeya. 
Rodrigo De La Serna encarnando el papel de San Martín, no es descollante, pero si es creíble. Lo cual se acerca al objetivo inicial de la propuesta: Mostrar como dicho ilustre revolucionario, quien fue una persona como vos o como yo, logró la tarea titánica de poder cruzar la cordillera de los andes con todo los problemas que eso conlleva. Si hoy cuesta realizar ese tremendo viaje, imaginen lo que fue hacerlo hace doscientos años con cinco mil hombres y planeando una batalla sin ser descubierto del otro lado. Dicha dimensión da el real carácter y forja la dimensión de semejante figura.
Atractiva propuesta, de las cuales espero sinceramente que existan más en puerta (También es de pronto estreno la película sobre Belgrano), ya que poner en pantalla y en imágenes nuestro pasado y sobre quienes forjaron el destino de nuestra patria, hace que sepamos mejor de dónde venimos y quienes somos. El porque estamos donde estamos se debe a gente que dio su vida por la nación. Y siempre conocer estos pormenores hace que sepamos bien cuál fue el destino inicial de nuestro país. La libertad. Cosa que nos emociona ver y nos infla el pecho cuando San Martín arengando a su tropa grita la clásica frase “Seamos Libres, lo demás no importa nada”. Uno ante ese tipo de situaciones se siente realmente orgulloso de su pasado. Y hace que se aprenda a querer un poquito más el país donde uno vive. Viva la patria carajo.

Puntuación: 7 Favitos.-

1 comentario:

  1. Muy entretenida, se nota un poquitin la falta de produccion, las tomas de las batallas son bastante cerradas , ( nosea q nos deams cuenta q no hay vestuario para muchos extras, y esto no es hollywood , para el corta y pegue de 5.000 guerreros en las batalals de accion! x lo demas ME GUSTO

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