lunes, 18 de abril de 2011

Un cuento chino

Sinopsis: Roberto, un veterano de la Guerra de las Malvinas, vive recluido casi sin contacto con el mundo. El chino Jun es arrojado a la calle desde el interior de un taxi, luego de haber sido asaltado. Jun cae justo a los pies de Roberto. El veterano de Malvinas no habla chino y Jun no habla español. Roberto intenta dejarlo en una comisaría y luego en la embajada de China pero nadie quiere recibirlo. Entonces, decide llevarlo a su casa. Comienza así una convivencia forzada, pero lo que Roberto ignora, es que ambos están unidos por un extraño destino desde antes de conocerse, y al descubrirlo ambos modifican definitivamente sus vidas.


Título original: Un cuento chino
Género: Comedia dramática
Duración: 93 minutos
Origen: Argentina
Interpretes: Ignacio Huang, Iván Romanelli, Muriel Santa Ana, Pablo Seijo, Ricardo Darín, Vivian Jaber.
Director: Sebastián Borensztein
Guionista: Sebastián Borensztein
Director de fotografía: Rodrigo Pulpeiro
Música: Lucio Godoy
Montaje: Fernando Pardo





Aquella solitaria vaca

Todos sabemos que Darín es una figura convocante para la pantalla grande. Eso es indiscutible. Ahora, si la mejor forma que encontraron los distribuidores para difundir esta propuesta, es hacerlo a través de la figura de su actor principal y la cantidad de espectadores logrados en pocas semanas de exposición, indudablemente no están hablando de la película en si. Y debe ser porque la historia ofrece muy poquito. Cosa que luego de verla, me dejó ese sabor a nada que los productores supieron reflejarme por medio de su forma de difundir esta propuesta.
Arrancamos mal. Esa pantalla en negro con las clásicas indicaciones que me señalan que veremos “una historia basada en un hecho real”, lograron situarme en un inicio con el pie izquierdo. Como supongo que ya saben, ese tipo de indicaciones previas me molestan bastante. Yo no voy al cine a ver “una historia real”, sino que voy a ver cine. En todo caso, sean parejitos y pongan ese cartelito cuando estoy viendo una “Clásica historia de terror sangriento” o “Una ficción futurista para grandes y chicos”. No me suma para nada ese cartelito, para mi, es terriblemente molesto. Lo cual de entrada me predispuso mal.
Ojo, le ponía un poco de onda previa, esperando un producto por lo menos original, ya que la primer propuesta dirigida por Sebastián Borenstein (“La suerte está echada”), me había resultado como mínimo, divertida y original, así que esperaba una dosis de lo mismo. Cosa que aquí no me pasó ni por asomo. En realidad no me paso ni de casualidad ninguna sensación copada: Ni de comedia, ni de drama, ni de pasión narrativa. Me produjo tedio, y eso en abundancia (no quiero decir aburrimiento para no ser tan severo, pero la verdad, me aburrí bastante).
Cuantas veces vimos historias en las cuales dos personajes antagónicos se juntan por alguna razón impensada? Muchas. Esta es una más de esas historias. La cual bien filmada y de una manera imaginativa o con un guión interesante (como cualquier fórmula ya vista) hará que dicho producto sea ameno o no. Aquí se cae en todos los lugares comunes donde uno puede caerse, las escenas van pasando con una obviedad tal, que nos hace bostezar. Mucho foco en la actuación de Darín cuando, con lo mínimo, el chino mencionado en el titulo es lo más atrayente en esta historia. Mucha pantalla a los tics de el actor principal y su carácter gruñón, hacen que no se le dé foco al real protagonista de la historia (papel muy bien llevado por Ignacio Huang). 
Sinceramente no sé qué decirles. Todo lo que puedo contarles hará que arruine la supuesta sorpresa del final, Eso sí; hagan el juego de imaginar que en vez de un chino, es un negro, un judío, un chico, un perro, etc. No cambia nada el hecho de que el partenaire del actor protagónico sea de esa nacionalidad, solo le aporta una mirada xenófoba al contexto general y que logró fastidiarme un poco. Ojo, tiene una vueltita de tuerca mínima que no sacia nuestras ganas de ver buen cine. Es el típico film en el cual (usando estereotipos como los que emplea la película en toda la trama) las señoras de sesenta años al salir del cine tomarán un té con sus amigas y dirán lo bien que actúa Darín y chismearán de sus cosas olvidándose rápidamente de lo que vieron. Creo sinceramente que si esta historia hubiera sido un corto, tal vez hubiera sido un formato más interesante. Pero aquí, por estirar la historia, estiraron también nuestro aburrimiento como espectadores. Si ustedes se sienten atraídos de ver una historia cuyo enganche es la cantidad de gente que fue a verla, esta es su propuesta para el sábado a la noche. Si prefieren ver cine. Vean en video “Kolya”, que es un drama con todas las letras sobre dos personas opuestas que tienen que convivir uno con el otro a la fuerza. Salvo que esta que les propongo ver, es un dramón impresionante y “Un cuento chino” es olvidable luego del primer ronquido.

Puntuación: 4 Favitos.-

1 comentario:

  1. por la puntuacion, creo que opinamos lo mismo. y por lo del ronquido, el que tenia en la fila de adelante ronco toda la pelicula...era entendible

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