viernes, 24 de febrero de 2012

Albert Nobbs

Sinopsis: En la Irlanda del Siglo 19 una mujer debe hacerse pasar por hombre para poder sobrevivir. Pero luego de varios años, se encuentra atrapada en la mentira de la cual ya no sabe, o no quiere, salir.







TITULO ORIGINAL: Albert Nobbs
GENERO: Drama.
DURACION: 113 Minutos
ORIGEN: Estados Unidos.
DIRECCION: Rodrigo García.
ACTORES: Glenn Close, Mia Wasikowska. Brendan Gleeson.













A mi no me engaña


¿No les pasa a veces que reconocen la existencia de determinadas películas, bandas, cantantes, actores o directores, a los cuales consideran de un gran talento pero que a ustedes no les mueve ni un pelo? Eso es exactamente lo que me pasa con Glen Close. Desde “Atracción Fatal”, es una mujer que luego de ese papel (esa mujer rayada, asesina de conejos quedó en la retina de todos), siempre la vi intentar hacer papeles difíciles y que reconozco que lo lograba, pero a mí no me causaba absolutamente nada. Es como mirar un lápiz. Cero emoción. Esta es mi sensación sobre ella, la cual espero no contagie el resto de la crítica que estoy realizando sobre esta película, por cuyo papel protagónico está nominada al Oscar como mejor actriz, y creo que esa fue la única causa por la cual me puse a verla, sino no me acercaba ni de casualidad a ver esta propuesta, solo por el simple hecho de que dicha actriz no me causa nada.

Vamos al grano. La historia nos ubica a finales de mil ochocientos o primeros años del siglo veinte (no me quedó muy claro en qué época está situada la historia, otro error mío). En un hotel muy de alcurnia, en donde todo se rige bajo las más estrictas normas de conducta, dictadas por una matrona entrada en años y carnes, con una actitud un tanto insoportable, quien es dueña de dicho lugar y cuyos empleados a quienes regentea, tienen un comportamiento servil casi de esclavos ante los clientes que allí concurren. En dicho hospicio de alto linaje, queda muy bien marcado quienes son los ricos y quienes los pobres. Así ubicados dentro de este contexto, encontramos a nuestra protagonista interpretando a un mayordomo (hombre) de lo mas servicial, el cual utiliza modos y formas por demás correctos y respetuosos, pendiente siempre hasta el último detalle para contentar a los moradores. Iba a utilizar la palabra señorial, pero esa palabra no es correcta, porque al instante, cualquier espectador suspicaz, mirará la pantalla señalando con el brazo extendido y al grito de: “¡Miren, es una mujer! ¿No se dan cuenta?”. Si la idea era ocultar su condición de mujer. Conmigo no lo lograron. 

Sigamos con el relato. Nos encontramos con un pintor que llega al hotel a pintar un par de ambientes y tiene que pasar la noche en el lugar. La matrona intolerante no encontrará mejor idea que decirle que se quede compartiendo la habitación con nuestra protagonista. Aquellos observadores sagaces que señalaron la pantalla por vez primera, se sentirán desesperados por volver a hacerlo. De nuevo la misma falta de naturalidad en la caracterización. Pero pasemos por alto este detalle, ya que más allá de tornar la trama en algo casi chistoso por la falta de credibilidad de dichos personajes, con el correr de los minutos se empiezan a suceder acontecimientos diversos, y es aquí donde encontré la mayor falla. La falta de correlato entra las tramas. Son como mini historias que no tienen un correlato parejo con la escena siguiente. De repente el pintor se queda, un nuevo empleado llega; el poder compartir el secreto de ser mujer es un nuevo cambio que se presenta como venturoso ante otra mujer disfrazada como ella (cuarenta años ocultó su pasado y de un minuto al otro cuenta todo; en fin…), el enamoramiento de dos personajes secundarios, la fiebre tifoidea, el ahorro con miedo al robo y demás situaciones diversas que van llevando con letargo al final de la historia. No sé cómo será el libro, pero es indudable que llevado al cine, su mayor problema es la falta de fluidez. Y Glen Close.

Puntuación: 4 Favitos.-

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