Sinopsis: En Roma, durante el verano, nobles decadentes, políticos, periodistas,
actores, artistas e intelectuales tejen una trama de relaciones
inconsistentes que se desarrollan en grande palacios y villas. El centro
de todas las reuniones es Jep Gambardella, un escritor que está
envejeciendo y que decide recolectar sus recuerdos de su apasionada
juventud.
TITULO ORIGINAL: La grande bellezza
ORIGEN: Italia, Francia.
ACTORES: Toni Servillo, Carlo Verdone.
ACTORES SECUNDARIOS: Sabrina Ferilli, Carlo Buccirosso, Iaia Forte, Pamela Villoresi.
DIRECTOR: Pablo Sorrentino.
FOTOGRAFIA: Luca Bigazzi.
GUION: Pablo Sorrentino.
MúSICA: Lele Marchitelli.
GENERO: Drama, Comedia.
DURACION: 142 Minutos
ORIGEN: Italia, Francia.
ACTORES: Toni Servillo, Carlo Verdone.
ACTORES SECUNDARIOS: Sabrina Ferilli, Carlo Buccirosso, Iaia Forte, Pamela Villoresi.
DIRECTOR: Pablo Sorrentino.
FOTOGRAFIA: Luca Bigazzi.
GUION: Pablo Sorrentino.
MúSICA: Lele Marchitelli.
GENERO: Drama, Comedia.
DURACION: 142 Minutos
Juventud Divino Tesoro
La negación es un síntoma poderoso para quien no quiere ver.
Cualquier circunstancia que deje en evidencia que lo que se niega: existe, a
pesar de ese ocultamiento mental, hará que dicho suceso se presente como algo
extraño; como un evento imaginario que
está circunscripto dentro de una realidad paralela. Jep Gambardella niega su
pérdida de juventud y por eso le resulta extraño cada cruce casual con jóvenes y
niños. El choque con la realidad de encontrarse al fin con que la niñez y la
juventud son momentos del tiempo ya vividos, hará que esa negación se
transforme en un cuestionamiento casi infantil de sucesos adolescentes que lo
llevaron a negar su propio paso del tiempo.
Jep Gambardella es un escritor que escribió un solo libro en
su vida, el cual, lo consagró como literato destacado aunque nunca volvió a
escribir. Su elección durante toda su vida fue la de disfrutar y vivir para ese
disfrute. Jep cumple 65 años. Una vida entera dedicada a ir de fiesta en fiesta,
rodeado de sus amigos de juventud acomodada que van envejeciendo con él y
también transitando este disloque snob. La visión adolescente de este grupo de
sesentones hace que resulten patéticos en sus movimientos achacosos en las
distintas fiestas nocturnas en que participan. En una Roma que resalta los
sentidos de cualquier persona pero potenciada por el agrado particular de nuestro
protagonista, quien elije ese lugar como su zona de pertenencia, aunque estas
pertenencias y amistades empiecen a ir alejándose de este lugar de encuentro casi
casual, para partir en sus propias búsquedas interiores (aunque tal vez
tardías). Al llegar a esta edad, se encuentra
replanteando su estilo de vida y sus elecciones. No con arrepentimiento, sino
con la mirada de quien siente que, con demora, se perdió de vivir cosas
distintas (por dolor o por elección).
Esa existencia superficial no es algo que pese, sino que lleva
a realizar preguntas que tal vez no quieran contestarse. Se siente como una
elección de transición. Se parte de un lugar y se llega a otro. Toda vida tiene
el mismo recorrido, y aunque Jeppino sabe que no quiere escribir más, no puede
alejar su forma de ver distintas realidades con el halo de la escritura latente
en su yo interno que lo acompañará por siempre.
Aquellos quienes esperan la construcción de una historia con
un principio, un desarrollo y un final; estarán durante largos períodos con
cara de signo de pregunta, intentando descubrir que es lo que están viendo sin
entender casi nada y odiando cada treinta segundos haber elegido esta realización
tan italiana hasta las medias. Es precisamente por eso sencillamente que esta
película no es para todos. Aquellos que quieran descubrir una belleza magnética
que hace casi imposible despegar los ojos de la pantalla (cada color aparece
vívido hasta la explosión y el manejo de sombras y luces es sublime) y escenas que
parecen salidas de ese lugar donde la imaginación nos lleva cuando leemos un
libro de Cortázar (la escena del velorio es gloriosa y habría que enmarcarla y
enseñarla en todas las escuelas de cine) o García Márquez (una jirafa
apareciendo y desapareciendo parece salido de “Cien Años de Soledad”), hará que
nos sintamos regocijados a la hora de irnos del cine. Los demás, quienes
esperan una historia donde todo resulte explicado sin dejar lugar a la
imaginación, ni siquiera caminen por la vereda donde estén proyectando esta
película. La pasarán muy mal. Los demás: A disfrutar.
Puntuación: 8 Favitos.-
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