Sinopsis: Gustave H. es uno de los legendarios conserjes
del famoso hotel europeo The Grand Budapest. Gustave entabla una amistad
con Moustafa un joven empleado al que toma como su protegido. Pero
cuando en el hotel ocurre el millonario robo de una pintura, todos los
ojos apuntarán al famoso conserje.
Director: Wes Anderson
Guionista: Wes Anderson
Director de fotografía: Robert Yeoman
Música: Alexandre Desplat
Montaje: Barney Pilling
Un Hotel De Mil Estrellas
El gran problema en la carrera de Wes Anderson fue haber
hecho “The Royal Tenenbaums”, ya que esa película tiene como calificación un
diez; es perfecta por donde se la mire. Entonces a partir de ahí, fue esperar que
siga metiendo por el resto de su carrera un diez atrás del otro. Aunque eso no
suele ser así; los picos son precisamente eso y el bueno de Wes lo obtuvo muy
temprano en su historial cinematográfico. Es bueno remarcar a su vez, que luego
de haber llegado a su nota máxima, nunca bajó de los siete puntos, así que cada
nueva realización es esperada con ansiedad por aquellos fanáticos conocedores
de sus trabajos (Y yo me encuentro en este grupo). A Wes Anderson se lo ama o
se lo odia. Es algo que hay que saber de entrada si nunca viste ninguna de sus
realizaciones.
Nos encontraremos nuevamente con esa forma tan particular de
filmar que lo distingue del resto. Las escenas pasan por delante de la cámara
fija como si fuera montada para que el cuadro tome movimiento casual por
delante del lente. Solo hay cámaras móviles en aquellas escenas con travellings
que acompañan el movimiento del actor centrado. Da la impresión que fuera uno
de esos cuadros de Harry Potter donde sus personajes cobraban vida dentro del
marco. Otro aspecto a destacar es el color. Solo tres directores en la
actualidad logran hacerlo con maestría: Wes Anderson, Zhang Yimou y Jean-Pierre
Jeunet. La elección de la música es sublime ya que acompaña todas las tomas aportándoles
el soporte adecuado a lo que estamos viendo. Acompaña pero no interfiere. Una
vez más el relato es por capítulos y con una voz en off que nos cuenta la
historia que estamos viendo. Y si, nuevamente aparecen las maquetas. Desde el
hotel que da título a la película hasta una persecución de esquí, aportan para
darle esa magia que uno como admirador de este director va a ir a buscar y que
agradece que aparezcan nuevamente. Otra vez, también, es acompañado por un
seleccionado de actores que uno no suele ver actuando juntos.
En “Grand Budapest Hotel”, se lanza decididamente a la
comedia, pero no de esas comedias que uno sale con la mandíbula desencajada,
sino de esas que uno se siente cómplice de aquellos que nos cuentan una historia.
Uno saldrá del cine con el regocijo del disfrute y la sensación de tener una
sonrisa pegada en el rostro imposible de sacar por un buen rato. Es de esas
caricias que uno quiere recibir y que disfruta al sentirlas.
Notará el lector vivaz que casi no he mencionado
absolutamente nada de qué trata esta historia. Creo que no hace falta, es
sublime por todos lados. Hay que sentirse muy maduro como realizador para
apuntarle a una comedia sin caer en el clisé fácil o en el chiste obvio y soez,
y que además transforme toda su obra en un sello inconfundible. Como yo
disfruté desde el inicio hasta el último de los títulos sin encontrarle ni una
sola falla y por hacerme salir del cine con el pecho ancho de tanto placer, se
merece nuevamente, una nota consagratoria.
Puntuación: 10 Favitos.-
Tremenda crítica! Generan aún más ganas de ir a verla...
ResponderEliminarMe gusta que no ya estes Spoileando!
Segui así!
Peliculon!!!me encanto!!!
ResponderEliminarAmo todo de esta peli
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